DEPORTES

DEPORTES

El juego de pelota mesoamericano o tlachtli en náhuatl fue un deporte con connotaciones rituales, jugado desde 1400 a. C. por los pueblos precolombinos de Mesoamérica; se practicaba tanto en la vida cotidiana como en celebraciones religiosas. Durante los milenios de su existencia, el deporte ha conocido distintas versiones en diferentes lugares. Una versión moderna del juego, ulama, se sigue practicando todavía en algunos lugares de Guatemala y México. Aparentemente cumplía la función de resolver conflictos de diversa naturaleza: pleitos por tierras, tributo, controles comerciales y otros.
Las reglas del juego de pelota no se conocen, pero a juzgar por su descendiente, ulama, eran probablemente similares a raquetbol, donde el objetivo es mantener la bola en juego. Los aros de piedra son una adición tardía al juego. Esta adición cambió el juego por completo, ya que se podía conseguir una victoria inmediata metiendo la pelota en el aro, o se podían conseguir puntos simplemente si la pelota tocaba el aro.[] La pelota de hule en movimiento representaba las trayectorias de los astros sagrados: Sol, Luna y Venus. El ganador del juego era protegido y apoyado por los dioses. En la zona de Monte Albán, el juego se desarrollaba a nivel del piso de la cancha, se golpeaba la pelota con la cadera, codos y rodillas para hacer pasar la pelota de un lado a otro. Los muros inclinados a los lados de la cancha se cubrían con una gruesa mezcla de cal para crear una superficie que hiciera regresar la pelota al campo de juego.
En la versión más difundida del juego, los jugadores golpeaban la pelota con las caderas. Otras versiones permitían el uso de los antebrazos, raquetas, bates, o la manopla (piedra de mano). La pelota estaba hecha de caucho y pesaba hasta 4 kilos, aunque el tamaño de la pelota difería mucho en el tiempo o según la versión del juego.
El juego tenía importantes aspectos rituales y los principales partidos formales del juego de pelota eran eventos rituales, que podían incluir el sacrificio humano. El deporte se jugaba también de manera informal, para la recreación de los niños e incluso de las mujeres.
Campos del juego de pelota fueron encontrados en toda Mesoamérica, hasta el sur de Nicaragua, y posiblemente tan al norte como el actual Arizona en los Estados Unidos. Estos campos de juego de pelota varían considerablemente en tamaño, pero todos tienen largas pistas estrechas con paredes laterales utilizadas para rebotar la bola.







Manuela Madrigal y Adrian Gomis.


ANUNCIO 






.




Manuela Madrigal y Adrian Gomis.

JUEGOS MEDIEVALES

Juego de la Palma:
Lo que hoy conocemos como tenis ya tenía su embrión en esta época. Especialmente famoso entre los siglos XIII y XVII, su origen es francés. La bola se fabricaba con piel de oveja. En primera instancia se usaban las palmas de las manos, que se untaban con aceite a fin de conseguir que la pelota no se adhiriese a la misma, golpeándola en dos zonas bien delimitadas entre sí. No existía árbitro alguno y los contrincantes, que iban en número del uno al cuatro, debían acatar las decisiones del público. La forma de contar los puntos era similar a la usada hoy por su evolución (en puntos de 15-30-40). Aunque era este un deporte especialmente practicado por la clase nobiliar, no era infrecuente ver al pueblo llano practicándolo, en parte debido a su bajo coste. Conforme el tiempo fue avanzando, las manos dieron paso a guantes, y estos a una suerte de palas de madera.






Manuela Madrigal y Adrian Gomis.


Bull-baiting, o combate de animales:
      Era muy frecuente en la Inglaterra de fines de la Edad Media los combates entre animales, aunque tengamos constancia de los mismos a inicios del siglo XI. Este tipo de disciplina, que aunque no se considere deportiva del todo he gustado de colocarla por su interés, radicaba en la creación de un combate entre dos animales a muerte. Lo más común era enfrentar a un perro y un toro. Una anécdota la encontramos ya en el siglo XVI, concretamente en 1559, cuando la reina Elisabeth ofreció al embajador de Francia una espléndida comida, al fin de la cual se organizaron varios combates entre perros, osos y toros, como narran las crónicas. El desarrollo era el siguiente: el toro estaba atado con un pesado collar de cuero y una correa de unos cinco metros unida a una argolla fijada a una estaca; por otra parte, los perros estaban sueltos y hacían todo lo posible para aferrar la garganta del animal que, lógicamente, bajaba la cabeza y embestía todo lo que se ponía a su alcance. Una vez el perro conseguía hacer presa no tenía que soltarla. Estos entraban por turnos, y lógicamente vencía el que lograba acabar con el toro.











Manuela Madrigal y Adrian Gomis.

Carreras de cuadrigas:
Situándonos en el siglo VI, Estas competiciones no difirieron mucho de las que conocemos hoy en día por los textos antiguos. Las carreras se realizaban dando vueltas a un enorme campo de arena, y formado por cuatro equipos que vestían colores diferentes para ser rápidamente identificados: azul, verde, rojo y blanco. Estos colores se asimilaban a diferentes categorías sociales, y eran muy frecuentes los sobornos, la extorsión y los favoritismos. Se corría durante una serie de vueltas al campo y el equipo vencedor contaba con la bendición de los propios emperadores.


Manuela Madrigal y Adrian Gomis



                                                                                                              Alejandro Abad y Marcos Esbri.

No hay comentarios:

Publicar un comentario